Visité la Galería Nacional de Arte Tate en Londres en diciembre
del 2000, unos meses después de haberse inaugurado en una antigua central
eléctrica convertida en un museo
sorprendente por su acertada adaptación. Viendo el Támesis desde el
restaurante, me pregunté quien habría sido el autor de tan interesante proyecto
y aparecieron los nombres de Jacques Herzog y Pierre de Meuron. De inmediato
tuve la sospecha de estar frente al tipo de creadores que cambian la historia
de la arquitectura, como Frank Lloyd Wright o Le Corbusier. En sus inicios, de
1980 a 1990, hicieron un enorme caudal de aportaciones que les valieron el
Premio Pritzker de Arquitectura en 2001 y de quienes el Jurado dijo: “La
arquitectura de Jacques Herzog y Pierre de Meuron mezcla la artesanía de una
antigua profesión con el acercamiento a las nuevas tecnologías del siglo. Las
raíces de los arquitectos en la tradición europea combina con la tecnología
actual, una extraordinaria inventiva en soluciones arquitectónicas para las
necesidades de sus clientes”.
En la década de 1980, la arquitectura se hallaba en transición
después del posmoderno y es cuando surgen Herzog y de Meuron explorando el
potencial de los materiales llevados hasta el límite, utilizando a la forma
sólo como vehículo para manifestarse. Esta importancia dada a la lógica de los
materiales deja a la imagen iconográfica en un segundo plano. Era un hecho que
su obra rechazaba la forma como expresión personal de estilo, abriendo un nuevo
campo de experimentación en donde el edificio se transforma en un objeto sin
referentes ópticos de escala; ahora una bodega es una escultura, un estadio de
futbol una lámpara y una biblioteca una exposición de fotografías. Pienso que
si pusiéramos sus edificios en una extensa llanura, veríamos una exposición
cercana a la ficción. Para entenderlo, mencionaré algunos materiales utilizados
en sus fachadas: gaviones de piedra en la Bodega Dominus en California, 1995; fotografías
de Tomas Ruff en la Biblioteca de la Escuela Técnica de Everswalde, 1997;
paneles de cobre perforado en el Museo de Young en San Francisco, 2005 y
almohadones de resina termoplástica en el Allianz Arena de Munich, 2005. Estos
ejemplos son un alarde de probar en cada proyecto la inagotable capacidad de
asombrarnos. Es el caso de la Filarmónica del Elba en Hamburgo, un colosal edificio en construcción montado sobre unos
almacenes del siglo 19.
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Bodega Dominus en Napa Valley, California 1995 |
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Allianz Arena en Munich, Alemania 2005 |
Influenciados por el arte y el minimalismo de Donald Judd, han
trabajado con artistas, entre los cuales están Rémy Zaugg, Michael
Craig-Martin, Thomas Ruff, Ai Weiwei y al principio con Joseph Beuys, uno de los
artistas más influyentes del siglo pasado;
por lo que no es fortuita la
sensibilidad cargada de significados estéticos situados más allá de lo meramente funcional.
El Estadio Nacional de Beijing de 2008, ha sido su obra más
controvertida. Por un lado tuvo efectos mediáticos globales al proyectar las
imágenes del impresionante entramado de tiras de acero semejante a un nido de
pájaros y por el otro, es criticada de grandilocuente y costosa.
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Estadio Nacional de Pekín, China 2008 |
Jacques Herzog y Pierre de Meuron nacieron en Basilea, Suiza en el
año de 1950, estudiaron en la Escuela Politécnica de Zurich, ETH, e iniciaron
la sociedad en Basilea en 1978, para después extenderse a Londres, Hamburgo,
Madrid, Nueva York y Hong Kong. Son lectores de Nietzsche, admiradores de su
compatriota Le Corbusier, exalumnos de Aldo Rossi, ganadores de la Medalla de Oro del Instituto
Real de Arquitectos Británicos y del Premio Imperial de Japón, además de dar
cátedras en la Universidad de Harvard y en el ETH de Zurich . Sobre su obra se
han hecho cientos de publicaciones, pasando por innumerables exposiciones en museos,
entre los cuales destaca el MOMA de Nueva York. Este resumen de su trayectoria
profesional confirma la fama bien ganada y por consecuencia, el significado de
su presencia en donde se paren.
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De izquierda a derecha Carlos Ruiz Acosta, Pierre de Meuron y Jacques Herzog |
El 19 de marzo de 2013 fue el día de la visita a Culiacán por
segunda vez. En esta ocasión vinieron para hacer un proyecto en la explanada
del Jardín Botánico. Hubo reunión de trabajo y al final una entrevista hecha
por el suscrito, en la cual Herzog fue enfático en aclarar que la piel de los
edificios no era un fin en si mismo y me preguntó si conocía el edificio llamado
1111 Lincoln Road en Miami, una espectacular solución de estacionamiento, tiendas
y viviendas, para demostrar que tienen la habilidad de moverse a otros campos
compositivos con el mismo éxito. Dijo también que si el fallo del concurso del
museo más importante de China llamado M+, les favorece, confirmarán lo
anterior. En fase finalista compiten SANAA, Toyo Ito, Renzo Piano, Snohetta,
Shigeru Ban y ellos mismos.
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1111 Lincoln Road en Miami, EU 2008 |
Les pregunté porqué aceptaron venir a Culiacán. Contestaron que
Suiza es muy pequeña y requieren buscar trabajo afuera de su país. Agregaron
ser profesionales en el cumplimiento de sus obligaciones. ¿Pero, habrá otra
razón?. Encuentro sólo una y es la visión de quien los contrata.
De las obras maestras de la arquitectura cuento entre mis
favoritas a la Bodega Dominus en California. Es un prisma rectangular
recubierto de piedras, cual muro de contención de carretera en medio de
viñedos. Equivale a contemplar el cielo en un observatorio de James Turrell.
No es fácil tener la oportunidad de dialogar de tú a tú con
arquitectos de esa jerarquía. A lo largo de mi carrera he intercambiado ideas
con arquitectos que son parte de la historia, el primero fue Richard Neutra
cuando era estudiante y los últimos, Jacques
Herzog y Pierre de Meuron, de quienes tengo una consigna para empezar el día:
“No hay nada más aburrido o más absurdo que levantarse cada mañana confiando
inocentemente en lo que ya sabes”.
15 de abril de 2013.
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